9.6.09

no es el cielo.

Cruces que apuntan al oriente, la parvada iluminada por un misterio interno descifrado solo por la lejania de un efimero rayo de luz,
todo esto es normal, todo esto es inegable, increible e insaciable,
es una maraña muscular, sin actividad, sola e impredecible,
Pecados que invitan a lo incierto, a observar las nubes en su forma mas sublime, a tallar los ojos hasta que las formas aparezcan,
y asi recobrar el sentido,
sincero e integro.

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